Decía Jay Haley, que "El primer paso para resolver un problema es plantearlo en forma tal que sea resoluble" . Y nosotros decimos que ésta es la labor del terapeuta y de todo aquel que pretende inducir al otro al cambio. Como cualquier otro objetivo, el terapeuta, desarrollará todo un proceso en pasos, cuyo fin debe ser encontrar los recursos necesarios para alcanzar el objetivo que para una persona se haya fijado, recursos que, han de suponer una manera radicalmente distinta de actuar, pensar, manejarse a como había venido siendo hasta ahora y que exigen previamente la comprensión del mundo ( del que no estamos aislados) y el análisis de las circunstancias personales de cada uno.
Para el terapeuta, la función principal es ayudar al individuo a tomar consciencia de porqué actúa como actúa y sufre lo que sufre, ayudarle a ser consciente de que él es el responsable principal de cómo se siente y está en su mano cambiarlo.
Veamos la importancia en concreto de nuestros pensamientos y los mensajes que nos damos mediante este vídeo:
Para ello, el terapeuta debe ser capaz de sacar al individuo de esa zona de confort en la que ha aprendido a vivir, formada por todo un sistema de pensamientos y estrategias emocionales (reacciones y estilos de afrontamiento) a los que se aferra por miedo a sentirse indefenso ante el mundo y con los que responde a las amenazas externas e internas de forma automática e inconsciente (estímulo-respuest). Este sistema de defensa, en ocasiones, se vuelve contra el propio individuo, le daña a él y dificulta su comunicación y relaciones con los demás. Lo que cuesta un poco más de ver, es que todas las reacciones problemáticas o erróneas, no quedan ahí, sino que también están actuando como muro de resistencia no sólo a la hora de dejar entrar, sino a la hora de, es decir, que evita, de algún modo, nuestro fluir armónico, promoviendo bloqueos y conflictos interiores, impidiéndo al individuo interpretar el mundo bajo otro punto de vista distinto al que ya usa, desde el cual poder abstraer lo que le ha ocurrido, comprenderlo, transformar sus sensaciones y convertir lo que él ve como errores imperdonables, como estrepitosos fracasos, en excepcionales oportunidades vitales y de aprendizaje para su crecimiento personal y el expansión espiritual.
Para el terapeuta, la función principal es ayudar al individuo a tomar consciencia de porqué actúa como actúa y sufre lo que sufre, ayudarle a ser consciente de que él es el responsable principal de cómo se siente y está en su mano cambiarlo.
Veamos la importancia en concreto de nuestros pensamientos y los mensajes que nos damos mediante este vídeo:
Para ello, el terapeuta debe ser capaz de sacar al individuo de esa zona de confort en la que ha aprendido a vivir, formada por todo un sistema de pensamientos y estrategias emocionales (reacciones y estilos de afrontamiento) a los que se aferra por miedo a sentirse indefenso ante el mundo y con los que responde a las amenazas externas e internas de forma automática e inconsciente (estímulo-respuest). Este sistema de defensa, en ocasiones, se vuelve contra el propio individuo, le daña a él y dificulta su comunicación y relaciones con los demás. Lo que cuesta un poco más de ver, es que todas las reacciones problemáticas o erróneas, no quedan ahí, sino que también están actuando como muro de resistencia no sólo a la hora de dejar entrar, sino a la hora de, es decir, que evita, de algún modo, nuestro fluir armónico, promoviendo bloqueos y conflictos interiores, impidiéndo al individuo interpretar el mundo bajo otro punto de vista distinto al que ya usa, desde el cual poder abstraer lo que le ha ocurrido, comprenderlo, transformar sus sensaciones y convertir lo que él ve como errores imperdonables, como estrepitosos fracasos, en excepcionales oportunidades vitales y de aprendizaje para su crecimiento personal y el expansión espiritual.
Varias consignas deben acompañar al terapeuta al inicio del proceso de cambio y que es convieniente que traslade a la persona que está siendo ayudada:
1) La primera, como decía A. Fiorenza es que el objetivo de una intervención terapéutica no es intentar resolver todas las dificultades de golpe o todos los problemas, sino poner en movimiento un proceso de cambio paulatino y constante. El cambio psicológico, que es un proceso largo y costoso, pasa por mejorar nuestra relación con
nosotros mismos y superar todos aquellos pensamientos, sentimientos y
creencias negativas que nos amargan la vida sin necesidad (Santandreu, tomado de "El arte de no amargarse la vida").Para ello los individuos deben adoptar una posición de observador de sus pensamientos".
2) La segunda es que todo esta inventado. No hay nada nuevo bajo el cielo, salvo lo que hemos olvidado (Santoyana). En este sentido no olvidar aquella famosa frase del gran Ghandi que nos obliga a observar primero que todo cuáles son nuestros pensamientos sobre el mundo y sobre nosotros mismos, pues ellos explican nuestra conducta. Ahí está la raíz de todo.
5) La tercera es que los factores como las normas e ideales sociales y las actitudes de
amigos y familiares también pueden influir en la disposición de una
persona a cambiar de conducta. Como sabemos, la negatividad es una emoción contagiosa y a nuestro alrededor, hay muchas personas "tóxicas" que han aprendido a vivir con pesimismo. Todo lo ven blanco o negro, generalizan experiencias de otras situaciones extrapolándolas a nuevos intentos, desalientan, juzgan, anticipan derrotas, infunden miedo. Tú en cambio, no debes creerles, porque lo peor que puede pasarte para avanzar es que te lo creas, que creas tu propia incapacidad, mates tu autoconfianza y todo tu potencial quede mutilado. Recuerda que no hay mal que 100 años dure, confía en que el hombre es capaz de aprender y superarse y mira hacia atrás para constatar que eres fuerte y que no es la primera de la que sales victorioso.
4) La cuarta está centrada en la actitud del paciente. Para conseguir cambios de conducta duraderos, el paciente debe motivarse a sí mismo. Aún así esto no será suficiente para algunas personas, pues no están “preparadas” para cambiar. A veces esto no depende de ellos, sino de sus circunstancias y hay que comprenderlo dando tiempo al tiempo.
El miedo al fracaso puede ser un obstáculo, con lo que hay que darles confianza, retroalimentación constructiva, al tiempo que le concienciamos sobre el problema, le estimulamos a su superación y le damos información relevante sin provocar un enfrentamiento con el "otro". Un modo de motivar al paciente, pudiera empezar tal que así, con pensamientos como el de la imagen de la pequeña hormiga.
El miedo al fracaso puede ser un obstáculo, con lo que hay que darles confianza, retroalimentación constructiva, al tiempo que le concienciamos sobre el problema, le estimulamos a su superación y le damos información relevante sin provocar un enfrentamiento con el "otro". Un modo de motivar al paciente, pudiera empezar tal que así, con pensamientos como el de la imagen de la pequeña hormiga.
Recuérdale que "Quien lucha puede perder, pero quien no lucha ya perdió" y dile aquello de que "no hay problemas sino retos" o "no esperes al momento oportuno, créalo tú". Y remítete a esta verdad, que para cambiarse a sí mismo, hay que amarse primero. Os recomiendo en la sección de autoayuda, apartado superación personal, "El circo de las mariposas".
5) Inconscientemente tu paciente creará oposición a su sano fluir. El sistema de pensamientos inconsciente que tu paciente se ha forjado, tan lleno de ideas autolimitantes, creencias irracionales, juicios sobre sí mismo y estereotipos sobre el mundo, se autoprotegerá y se exteriorizará en forma de negación al cambio, inseguridad, miedo, ira, soberbia,tristeza, enfando, aislamiento, hipocresía, ansiedad etc.. Su mente racional en la que habita especialmente el miedo, interpretará como una amenaza cualquier otra pesrpectiva, esfuerzo o experiencia y tenderá a autoprotegerse cerrándose a sí misma y por ende a su yo profundo (Es parecido a la películo "The host" una mente encerrada en otra personalidad visible) . Creará todo un sistema de negación, de mentiras, un autoengaño para protegerse de cualquier desequilibrio o nueva aventura.
"Quien domina su mente, domina su peor enemigo". |
porque es ella la que es capaz de desactivar estados emocionales enfermizos.
6) Conocer que el autoconocimiento es sanador. Para saber quién eres, has de poner conciencia, no sólo es mirarse al espejo y ver tu reflejo.Éste es el primer paso.
Es decir, debes comprender que muchas de las circunstancias adversas a las que nos enfrentamos forman parte de la vida y todo es para que nuestras almas aprendan a vivir mejor, caminen hacia la verdadera plenitud. "No hay mal que por bien no venga" dice el dicho, y en este sentido, a vida puede considerase como una larga escalera, donde cada peldaño que subimos con dolor debe aceptarse como un aprendizaje del amor. En cada uno de los escalones te toparás con un seguido de circunstancias que te dan la oportunidad de superar las diversas capas de egoísmo (soberbia, orgullo, vanidad, pereza) que nos alejan de nuestro interior, donde reside la fuente madre, el Amor, en que fuimos concebidos como seres. Fluir en vibración de amor, es vivir en plenitud. Resistirse a este crecimiento progresivo, cargando con las dificultades, culpabilizándose, destruyéndose, bloqueando sentimientos, ideas, negándose a sí mismo, es estancarse, empequeñecerse, vivir conformado y conforme en el egoísmo y todavía más. En muchas ocasiones estos automatismos inconscientes, saturan o bloquean de una manera el fluir de nuestro yo, que se traducen en enfermedades (las llamadas psicosomáticas) que afectan a nuestro cuerpo y a nuestra mente.
Para curar nuestro cuerpo emocional, debemos utilizar la verdad como herramienta de limpieza.Descubrir que muchas de las circunstancias que nos duelen, las generamos nosotros mismos por incomprensión, falta de tolerancia, rigidez o inconsciencia hacia nosotros mismos y los demás. No tomamos en definitiva, buenas decisiones o decisiones coherentes con nuestro interior. A veces nos pondremos tristes porque no queremos admitir que estamos equivocados, que hemos hecho daño a alguien, que estamos frustrados, que no hemos actuado bien, que tenemos actitudes egoístas. La represión de este sentimiento provoca que lo exterioricemos a veces de la peor manera con lo que de canalizarlo de forma inadecuada, seguimos en el mismo bucle o tal vez, con algún que otro problema añadido más.
Hay que saber identificar de donde viene tu malestar interior, aquel por el que dañas a otras personas y a tí mismo, aceptarlo, perdonarte y tener la valentía de modificar lo que no te gusta de tu vida. Muchas personas, se miran en el espejo, con la esperanza, de que éste les devuelva la imagen que ellos creen tener de sí mismos. Pasan horas y horas, pero se decepcionan y frustan cuando a pesar del tiempo invertido, no acaban de gustarse.
El espejo no les devuelve la imagen que ellos creen tener. Más bien lo que sale a relucir es otra cosa: que estas personas no se llevan mal con el espejo, sino que lo que no acaban de aceptar es la interpretación que tienen de sí mismos y su Yo. Si queremos sanar, hemos de ir más allá de nuestro reflejo, y hemos de bajar al sótano, analizar y abrir nuestras heridas y descubrir nuestras propias mentiras por más doloroso que sea.
Debemos pues correr ese velo o quitar esa máscara primero.
7) No es posible ser feliz si no te amas: Hay que aceptarse simplemente, reconocerse para poder avanzar. Amándote a ti, amarás a los demás y no tendrás miedo de recibir amor de otras personas. Fluirás, atraerás más amor y te comunicarás mejor. Ámate, sea lo que sea que el espejo te devuelva.
8) Diferenciar al paciente: las tres consciencias de la realidad: su Yo interior, su mente racional, su conciencia del mundo (es decir su visión del mundo y de la verdad). La comprensión de esta relación es liberadora.
Si tuviéramos que explicarlo de otra manera, hablaríamos de el Yo que siente, que desea, que ama, el Yo que interpreta lo que vienen del mundo, que genera una visión de la realidad concreta y el Yo que interpreta qué se siente y qué se hace con la información de fuera en favor de cuál de ellas actua. La desconexión o baja coherencia en la dirección de estas tres consciencias genera conflictos interiores, pero, especialmente nos sentiremos perdidos si Yo interior y mente racional, no funcionan al unísono.
La mente racional, aquella que creemos que nos representa en el mundo, por la que creemos que somos, que existimos, tiene un papel fundamental sobre las otras dos consciencias. Su papel es dirigir la acción, movilizar la voluntad, generar interpretaciones del mundo, es decir ideas o pensamientos, gestionar las emociones de la consciencia profunda, alma, que nos propina el exterior, cual si fuera un ordenador ejecutor. Y dado que es ese su papel, la mente no es sino un intermediario entre nuestra alma, nuestro yo interior, y la conciencia que tenemos del mundo.
Ella filtra todo lo que viene de la conciencia interna o externa y genera un pensamiento que produce una emoción. En ella habita el egoísmo y el miedo sobre todas las cosas por lo que suele filtrar sucesos como amenazas. Tiende por tanto a autoengañarse si no ponemos luz sobre ello, para evitar sentirnos mal.
La mente tiene tanto poder sobre nosotros, que puede ser nuestro mejor o peor enemigo en función de cómo la conduzcamos desde nuestra conciencia. Debemos aprender a controlarla, a dominarla y no dejarle vencer estando constamente en diálogo con nuestra conciencia interior que vendría a ser como nuestro "Pepito Grillo" particular. El individuo está en lucha interior permanente con su parte egoísta y su parte amorosa (conciencia profunda). Por eso dicen, que cuando el hombre domina el miedo, la ira, el egoísmo (esos que habitan en su mente) ha ganado la más dura y difícil de todas las batallas, se ha vencido a sí mismo (pues de ellas está constituído).
Lee esta ilustrativa historia sobre lo que estamos tratando de clarificar:
Es decir, debes comprender que muchas de las circunstancias adversas a las que nos enfrentamos forman parte de la vida y todo es para que nuestras almas aprendan a vivir mejor, caminen hacia la verdadera plenitud. "No hay mal que por bien no venga" dice el dicho, y en este sentido, a vida puede considerase como una larga escalera, donde cada peldaño que subimos con dolor debe aceptarse como un aprendizaje del amor. En cada uno de los escalones te toparás con un seguido de circunstancias que te dan la oportunidad de superar las diversas capas de egoísmo (soberbia, orgullo, vanidad, pereza) que nos alejan de nuestro interior, donde reside la fuente madre, el Amor, en que fuimos concebidos como seres. Fluir en vibración de amor, es vivir en plenitud. Resistirse a este crecimiento progresivo, cargando con las dificultades, culpabilizándose, destruyéndose, bloqueando sentimientos, ideas, negándose a sí mismo, es estancarse, empequeñecerse, vivir conformado y conforme en el egoísmo y todavía más. En muchas ocasiones estos automatismos inconscientes, saturan o bloquean de una manera el fluir de nuestro yo, que se traducen en enfermedades (las llamadas psicosomáticas) que afectan a nuestro cuerpo y a nuestra mente.
Para curar nuestro cuerpo emocional, debemos utilizar la verdad como herramienta de limpieza.Descubrir que muchas de las circunstancias que nos duelen, las generamos nosotros mismos por incomprensión, falta de tolerancia, rigidez o inconsciencia hacia nosotros mismos y los demás. No tomamos en definitiva, buenas decisiones o decisiones coherentes con nuestro interior. A veces nos pondremos tristes porque no queremos admitir que estamos equivocados, que hemos hecho daño a alguien, que estamos frustrados, que no hemos actuado bien, que tenemos actitudes egoístas. La represión de este sentimiento provoca que lo exterioricemos a veces de la peor manera con lo que de canalizarlo de forma inadecuada, seguimos en el mismo bucle o tal vez, con algún que otro problema añadido más.
Hay que saber identificar de donde viene tu malestar interior, aquel por el que dañas a otras personas y a tí mismo, aceptarlo, perdonarte y tener la valentía de modificar lo que no te gusta de tu vida. Muchas personas, se miran en el espejo, con la esperanza, de que éste les devuelva la imagen que ellos creen tener de sí mismos. Pasan horas y horas, pero se decepcionan y frustan cuando a pesar del tiempo invertido, no acaban de gustarse.
El espejo no les devuelve la imagen que ellos creen tener. Más bien lo que sale a relucir es otra cosa: que estas personas no se llevan mal con el espejo, sino que lo que no acaban de aceptar es la interpretación que tienen de sí mismos y su Yo. Si queremos sanar, hemos de ir más allá de nuestro reflejo, y hemos de bajar al sótano, analizar y abrir nuestras heridas y descubrir nuestras propias mentiras por más doloroso que sea.
Debemos pues correr ese velo o quitar esa máscara primero.
"La Verdad, os hará libres" (Jesús de Nazaret). |
7) No es posible ser feliz si no te amas: Hay que aceptarse simplemente, reconocerse para poder avanzar. Amándote a ti, amarás a los demás y no tendrás miedo de recibir amor de otras personas. Fluirás, atraerás más amor y te comunicarás mejor. Ámate, sea lo que sea que el espejo te devuelva.
8) Diferenciar al paciente: las tres consciencias de la realidad: su Yo interior, su mente racional, su conciencia del mundo (es decir su visión del mundo y de la verdad). La comprensión de esta relación es liberadora.
Las tres consciencias : entre consciencia e inconsciencia |
La mente racional, aquella que creemos que nos representa en el mundo, por la que creemos que somos, que existimos, tiene un papel fundamental sobre las otras dos consciencias. Su papel es dirigir la acción, movilizar la voluntad, generar interpretaciones del mundo, es decir ideas o pensamientos, gestionar las emociones de la consciencia profunda, alma, que nos propina el exterior, cual si fuera un ordenador ejecutor. Y dado que es ese su papel, la mente no es sino un intermediario entre nuestra alma, nuestro yo interior, y la conciencia que tenemos del mundo.
Ella filtra todo lo que viene de la conciencia interna o externa y genera un pensamiento que produce una emoción. En ella habita el egoísmo y el miedo sobre todas las cosas por lo que suele filtrar sucesos como amenazas. Tiende por tanto a autoengañarse si no ponemos luz sobre ello, para evitar sentirnos mal.
La mente tiene tanto poder sobre nosotros, que puede ser nuestro mejor o peor enemigo en función de cómo la conduzcamos desde nuestra conciencia. Debemos aprender a controlarla, a dominarla y no dejarle vencer estando constamente en diálogo con nuestra conciencia interior que vendría a ser como nuestro "Pepito Grillo" particular. El individuo está en lucha interior permanente con su parte egoísta y su parte amorosa (conciencia profunda). Por eso dicen, que cuando el hombre domina el miedo, la ira, el egoísmo (esos que habitan en su mente) ha ganado la más dura y difícil de todas las batallas, se ha vencido a sí mismo (pues de ellas está constituído).
Lee esta ilustrativa historia sobre lo que estamos tratando de clarificar:
"Un niño preguntó a un hombre, si el hombre era bueno o malo por naturaleza:
Para explicar esto del egoísmo y el amor, o de las consciencias que hay en el hombre, me gusta recurrir al símil del alma encerrada en una cebolla y al símil de la mente como un gerente egoísta que se instala entre la conciencia profunda de sí y la la fuerza que atrae a todos los seres, el Amor.
El
anciano le contestó; el hombre es bueno por naturaleza, pero en él
están sembradas dos semillas, la del bien y la del mal. (Egoísmo y Amor / el Yo profundo y la mente racional).
El niño le dice, - muy bien anciano-, ¿y cuál de ellas desarrollará?
El anciano le contestó: La que alimente con sus pensamientos y emocione, ésa hijo mío, hará de él un cordero o un lobo.
Para explicar esto del egoísmo y el amor, o de las consciencias que hay en el hombre, me gusta recurrir al símil del alma encerrada en una cebolla y al símil de la mente como un gerente egoísta que se instala entre la conciencia profunda de sí y la la fuerza que atrae a todos los seres, el Amor.
Nuestra conciencia (nuestra lámpara interior/alma) se encuentra recubierta de múltiples capas que funcionan a modo de velos de protección, pero que, a la vez, no nos lo pone fácil para sentirnos felices. Es como si nuestra conciencia estuviera atrapada y tuviera que pedirle permiso a nuestra mente racional para seguidamente hacer el esfuerzo de superar todas esas capas para salir al exterior y fluir, que es su cometido.
Cada una de estas capas que obstruye el paso de la luz hacia su exterior, es una de las capas del egoísmo más primitivo y superficial. Son las capas de la vanidad. La capas intermedias son las del orgullo y las más internas las de la soberbia. Cuantas más capas tenga nuestra cebolla, más difícil será que la luz salga afuera, lo que significa que más separado estará el individuo de sí mismo y de la fuente que le hace vibrar en armonía. Cuanto más capas cerca del egoísmo, más la separación con la plenitud. Si el el ser no fluye como debería es que no está haciendo nada por superar esas capas, porque reprime, bloquea, no busca tiempo para escucharse en medio de las circunsancias, tiene miedo o no es consciente. La conciencia es la fuerza que mueve la voluntad y da orden a la mente racional.
Ante el conflicto, hemos de ser capaces de decodificarlo, desentrañarlo y desmenuzándolo para estar prestos a resolverlo, proceso en el que se dan cita las tres inteligencias humanas que nos constituyen: Mente emocional o qué es lo me hace sentir el conflicto; Mente racional, es decir qué es lo que me hace pensar el conflicto, y mente exploratoria o qué es lo que me induce a hacer y en qué lugares y formas (implicaciones sistémicas).
J. Smyth, proponía un diagrama bien gráfico sobre la pauta de pensamiento que debieran utilizar todos aquellos que de verdad tuvieran por meta el objetivo del cambio interior. Los artículos de este blog "Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo I y II, aportan diversa información sobre ello y ahondan en las distintas fases del proceso:
LAS FASES DEL CAMBIO
1. DESCRIBIR
: ¿Qué hago yo?
|
La descripción supone prestar atención y poner
conciencia a nuestras:
- costumbres y hábitos.
- contradicciones.
- acontecimientos o experiencias relevantes
- acontecimientos o experiencias no relevantes.
Incluir en estas descripciones: el quién, el cómo, el
cuándo y el dónde para ayudar a clarificar.
|
2. ANALIZAR
: ¿Por qué lo hago?
|
Revisa los pensamientos, sentimientos y prácticas
que te describen e intenta establecer relaciones entre ellos.
Ahonda en el por qué se hizo de esa forma y ciertas
consecuencias de aquellas decisiones o intenciones que se desprenden con tu
análisis.
|
3. CONFRONTAR:
¿Cuáles son las causas? |
Implica pararse a considerar:
- Asunciones, valores y creencias. - Teorías que subyacen. - Qué expresan socialmente esas prácticas. - Qué relación hay entre lo que manifiesto y lo que siento. - A qué valores sirvo con mis práctica. |
4.
RECONSTRUIR :
¿Qué debería cambiar? |
Establece:
- ¿Qué debería ser diferente?
-¿Qué es lo que sería lo mejor para mi?
- ¿Por qué hacerlo?
- ¿qué problemas, costes o sacrificios pueden plantear
los cambios? ¿son asumibles?
- Determinantes, límites y posibilidades.
-¿En qué dirección debo ir?
- ¿Qué idea de mi quiero?¿que emociones quiero para mi?
- ¿Cómo debo cambiar?
- ¿Dónde y cómo trabajar para que estos cambios se
efectúen y perduren?
|
LAS CLAVES PARA EL PROCESO DE CAMBIO: FASE 4
Las claves son:
1) Detener los pensamientos negativos. Es difícil mantener la mente sin pensamientos durante uno o dos segundos, pero si en eso no estamos entrenados, podemos rápidamente aprender a identificarlos y a anularlos antes de que estos nos inunden. Tenemos que saber primero qué pensamientos tengo que cortar y luego verbalizar una palabra: stop, fuera de mi cabeza, basta ya, con el fin de que no sean tan poderosos y nos dejen pensar tranquilos.
2) Desviar nuestra atención en otra cosa. Sabemos que prestar atención a una cosa, la magnifica. La meditación y relajación es aconsejable para entrenarse en esto, con el fin de evitar que nos invadan los pensamientos ruidosos y contagien nuestra emoción. Si filtramos con la negatividad la información de la que nos hacemos eco, estamos reduciendo todo el abanico de colores que es tu vida, en un solo color. El negro. Pronto todo el día se habrá teñido de negro porque tu emoción está contagiando tu pensamiento y al revés. Se retroalimentan estas dos conciencias.
Tenemos que tener claro que si no establecemos esta disociación entre los estímulos que consideramos amenazantes (miedo) y las sensaciones y emociones se suelo desencadenar automáticamente, se nublará mi proceso de pensamiento para interpretar esa información, generaré una mala reacción (automática) o la bloquearé, con lo que será peor.
Hay muchas otras técnicas para calmarse en estas situaciones: esta es una de ellas.
Podemos complementar esta técnica con otra estrategia como alejarse de la situación, darle media vuelta e irse a otro lugar. Mientras te alejas, cuenta la serie numeral de una forma determinada (con la respiración) para que ocupemos el pensamiento en ello y le quitemos atención a la otra información que nos ronda en nuestra cabeza. Un ejemplo sería contar: 0, 1, 2, 3, así hasta 10 y comenzar con una serie 1,0,2, 3, 4, 5....luego 2,1,0,3, 5, 6...10, luego 3,2,1,0..4,5,6..
Podemos, por último utilizar una frase que vayamos acortando poco a poco. Una vez lo hayas logrado verás que te resultará más fácil. Decirte por ejemplo:
"Voy a poder controlar sin problemas la situación"
"Voy a poder controlar sin problemas."
"Voy a poder controlar".
"Voy a poder."
"Voy a"
"Voy.
3) Dirigir nuestra atención hacia los pensamientos positivos para sustituirlos por los negativos y de autoafirmación y auto-confianza. Previo a esto tienes que asumir que no te dejarás invadir por la negatividad y el pesimismo y decidirás dar esta orden a tu mente. "Las contrariedades suelen suceder amenudo" "En cada situación de mi vida, elijo ver lo bueno, la verdad".
"Todo tiene solución"."Seguro que hay un plan B". Seguido de mensajes como "Adelante lo voy a hacerlo lo mejor que sé", "Si tengo paciencia lo conseguiré". "He sobrevivido a situaciones como esta otras veces. "Lo tomaré con calma y sin prisas" te ayudará a relajarte. Elige tus frase y si lo logras hacerlo una vez, date por serguro de que podrás extrapolarlo a otras ocasiones, pero tienes que darte la orden.
4) Enfoque alteranativo de comprensión: es el momento de pensar de forma alternativa. Interpreta el por qué se ha dado esa situación con calma y sin precipitar la respuesta antes de haberlo analizado. Ponte en el lugar del otro y piensa en las múltiples interpretaciones que tiene lo que ha sucedido o dicho. Si no adoptas el peor de los pensamientos , si dejas de instalarte en "piensa mal y acertarás" lo que estoy pensando sobre tí, en las suposiciones sobre lo que otro quiere decirte o piensa de tí, (puedes preguntarle, qué quieres decir exactamente?), si dudas de tu pensamiento único, cambiará tu reacción y tu emoción. Habrás dado un paso más en romper el estímulo que te hace sentir mal con su respuesta automática vinculada. Enorabuena.
5) Canaliza bien tus emociones: no tienes por qué decidirte en la situaciones con rapidez, no hay ninguna prisa, tómate tu tiempo para priorizar, analizar lo mejor para tí y adoptar una decisión propia, independiente a la que tienes derecho. Di eso de "lo pienso un momento y te lo digo" más amenudo. Y sobre todo, haz ejercicio. El ejercicio ayuda a canalizar y expulsar lo que nos sobra.
¿CÓMO IMPULSAR EL CAMBIO?
Impulsar el cambio es parte de la solución. Tras un proceso de análisis en el que hemos arrojado luz a nuestras circunstancias, la clave está en ACEPTAR y luego ver el problema como UN RETO en el que tú tienes parte activa. Te lo diré con un video y una historia:
"Había una vez un empresario que quería contratar un disc-joquey para mejorar su sala de fiestas. Se presentaron dos candidatos a la prueba que convocó para seleccionarlos.
El primero entró al local y puso música durante un rato. Al cabo de poco, el empresario se interesó y le preguntó que cómo iba la cosa. "No muy bien" le respondió el primer candidato, la gente es sosa y no baila mucho.
Con el segundo candidato, el empresario hizo lo mismo. Le dejó pinchar durante un rato y después se dejó caer por la cabina, preguntándole cómo estaba yendo todo. Pero éste, a diferencia del otro le dijo: Veo que la gente no baila mucho. Voy a cambiar de música.
Exacto! Eso es, la clave es esa actitud proactiva. Cuando las cosas no funcionan, hemos de cambiar de música y hacer algo que no habíamos estado haciendo hasta ahora."
PERO,
¿QUÉ ES LO QUE A MENUDO, FRENA EL CAMBIO?
- Falta espíritu de proactividad: tenemos una actitud pasiva ante los problemas. Creemos que no está en nosotros cambiar. Nos quejamos mucho, exigimos a otros, buscamos culpables fuera, buscamos causas externas que no nos atribuyan a nosotros el fracaso, en vez de concentrarnos en ver qué parte de responsabilidad tenemos, qué puedo hacer yo para utilizar y agotar todas mis soluciones y emplear mis habilidades, de la mejor manera posible, y tomando buenas decisiones.
- Pensamos en soluciones que no están a nuestro alcance : nada hay nuevo bajo el sol. Las personas que nos rodean forman nuestro universo. Ellas son parte del problema y parte de la solución pero no lo vemos. Pensamos antes en soluciones mágicas, futuras que no están a nuestro alcance, como fuera de nuestro contro, cuando lo que hay que plantearse es ¿qué podemos hacer nosotros en esta situación, teniendo en cuenta los medios y personas concrestas de los que disponemos?. Por contra, frecuentemente recurrimos a la reactividad y la externalidad, a buscar culpalbes y quejarnos de causas externas, como el factor suerte. Tenemos que aprender a trabajar en laboratorios de de soluciones en vez de observatorios de problemas (Juan Vaello).
Os recuerdo esta historia para ilustrar lo que queremos decir:
Un hombre se hallaba en el tejado de su casa durante unas inundaciones y el agua le llegaba a los pies.
Poco después, pasó un individuo remando en una canoa y le gritó:
- “¡Oiga! ¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?”.
- “No, gracias - replicó el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre hasta la cintura. Entonces pasó por allí una lancha de motor.
- “¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?” -gritó el que la llevaba.
- “No, gracias - respondió el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Más tarde, cuando el nivel del agua le llegaba hasta al cuello del individuo, llegó un helicóptero.
¡Cójase a la cuerda - gritó el piloto -. Yo le
subiré”.
- “No, gracias" - dijo el hombre por tercera vez -."Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en el tejado, casi cubierto por las aguas. Después
de haber pasado horas allí, el pobre hombre no pudo resistir más, se ahogó y fue a recibir su
recompensa. Mientras aguardaba en las puertas del Paraíso,
se halló frente al Creador y se quejó de lo ocurrido:
- “Señor - le dijo -, yo tenía total fe en que Tú me salvarías y me abandonaste. ¿Por qué?”
A lo cual le replicó el Señor:- “¿Qué más quieres? ¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero”.
Por eso, has de saber mirar a tu alrededor. No puedes limitarte a decir " no puedo" necesito otras condiciones diferentes a las que tengo, porque ¡Tienes que crearlas tú!. Recuérdalo.
- Cuesta esfuerzo y conlleva fuerza de voluntad que no se ve rápidamente recompensada (principio de economía). Tenemos que ser realistas y pensar que el cambio traerá problemas, aportará soluciones y nos llevará trabajo. Quien algo quiere algo le cuesta se dice, y esto no puede venirnos de nuevas. También sabemos que hay pruebas que si no superamos, se repetirán una y otra vez. Será padecer por darse contra el muro irremediablemente. No, tenemos que entrenarnos para esta superación.
Pensemos por un momento en una maratón, todo el mundo puede correr una maratón, solo que lo hará si se entrena para ello.
La recompensa, el crecimiento y la auto-confianza que se gana con la superación de los obstáculos crea una satisfacción que bien merece la pena.
"Cuando tu brújula te indique la senda que has de tomar en la vida , como en los problemas, síguela, incluso cuando te conduzca por una senda sembrada de dificultades".
- Nos dejamos matar nuestra autoestima, interpretando errores como fracasos en vez de como aproximaciones a la perfección. Felicitémonosnos por los pequeños pasos porque en absoluto son pequeños. Y preguntémonos ¿por qué no pensamos de otra manera? Piensa, si la vida me trae esto, puede que conlleve esfuerzo y error, pero voy a acometerlo. Estoy seguro que algo aprenderé que me servirá para el futuro y seguro traerá nuevas oportunidades.
- No jugamos la baza de pensar en positivo, tratando de atraer pensamientos positivos. Pensamos que no lo lograremos.
El cambio interior es el primer paso para transformar el mundo. Si uno no es capaz de cambiarse a sí mismo, no tiene gobierno de sí, cambiar aquello que no quiere del mundo es tarea difícil. Idem si se trata de educadores, quienes tienen por tarea educar, transformar la existencia de un ser. Nadie puede educar las emociones sino está en camino para educar las suyas, pues como ya dijimos en otro de nuestros posts, las personas educan más por lo que son que por lo que saben .
Ahora bien, una vez conseguido el autodominio, ha alcanzado la solución a un problema uno ya está listo para intentar ir más. En el exterior, un cambio pequeño, impulsado por un cambio interno, puede sin duda suponer y significar un mucho. Será entonces el momento de decir esa frase tan ilustrativa y que tanto me gusta de:
" Yo no pretendo cambiar el mundo,
pero en este pedacito que me ha tocado vivir
quiero hacer la diferencia".