sábado, 29 de septiembre de 2012

OPTIMISMO

 

"Ningún pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares desconocidos, ni ha abierto una 
puerta al espíritu humano". 
(Hellen Keller, Optimismo)






¿Para qué sirve el optimismo?
¿Por qué recomendar este estilo de pensamiento, esta actitud ante la vida? 
Luís Rojas Marcos, en La fuerza del Optimismo, nos enseña el gran poder que encierra el optimismo, presentádolo como una herramienta más que nos lleva hacia la felicidad.

Para él, un estilo de pensamiento optimista es "aquel que busca el lado positivo de los contratiempos, no deja que la sospecha del fracaso le incapacite, minimiza el impacto de las desgracias, alimenta en nosotros la sensación de que controlamos nuestra vida, nos protege de la infravaloración de nosotros mismos, del desánimo y del sentimiento de indefensión; ante circunstancias favorables, nos mueve a aceptar con confianza la buena fortuna y a apropiarnos de nuestros éxitos como algo que nos merecemos".  En esta línea de pensamiento, Rojas apoyaría esa famosa frase que dice "En la tormenta, el pesimista se queja del viento, el optimista espera a que cese el viento, el realista prepara las velas para aprovecharse del viento".  


Hemos pasado un buen rato con él de la mano de esta travesía que nos ha supuesto su libro, entreteniéndonos en  descubir cuáles son los condimentos que moldean nuestra forma de ver e interpretar la vida especialmente en sus vicisitudes, y es este artículo que os hago llegar  lo más importante de su mensaje.¿Quieres saber cuáles son los pilares del optimismo? Atrévete a leer más.


1) EL OPTIMISMO AYUDA A SUPERAR  LAS ADVERSIDADES


 Además de la nuestra herencia genética y el desarrollo del carácter (más extrovertido o menos), existen ciertos ingredientes necesarios para cultivar las semillas del optimismo en nuestras vidas.Queda demostrado que no todas las personas se recuperan igual en las diferentes adversidades (fracasos, pérdidas, enfermedades) con las que tropezamos en el camino, pero superarlas depende en gran medida del grado de optimismo que una persona tenga. Esos ingredientes son:

CONFIANZA EN UNO MISMO: 
LOS PEORES AVATARES SE CURAN CON PERSPECTIVA.

Está comprobado que las personas que disfrutan de un razonable sentido de control sobre sus circunstancias , y consideran que ocupan "el asiento del conductor", aunque esto sea relativa fantasía, se enfrentan más positivamente a los problemas que quienes piensan que no controlan sus decisiones o que éstas no cuentan. 


"Tú perseveraste en el empeño. Eso fue lo que te trajo la buena suerte, le dijo
 el instructor de piano a la niña al darle el lazo verde de la buena suerte. Desde entonces, siempre que tocaba el piano, la pequeña llevaba puesto el lazo verde,porque le recordaba que era su propio esfuerzo lo que le
 traía la buena suerte" (Elizabeht Koda- Callan).

La confianza en uno mismo, está  inexorablemente imbricada con nuestra autoestima y nuestro autoconcepto, la valoración y la imagen respectivamente que tenemos de nosotros mismos. En estos dos aspectos se siembran primeramente las semillas del optimismo.
El autoconcepto se construye desde pequeños a base de la vivencia del logro, de las explicaciones a los  frecuentes logros que hacen nuestros padres, la superación de obstáculos, el hallazgo de soluciones y los juicios e imágenes que de nuestro reflejo nos devuelven y proyectan los demás. Con el tiempo, los niños en los que caen semillas de optimismo tienden a adoptar pensamientos esperanzadores tales como "sé lo que tengo que hacer para lograr esto" o "si me encontrara en un aprieto, estoy seguro de que se me ocurriría la forma de salir de él". A partir de los dos años, los niños  ya empiezan a configurar el sentido del pasado y a almacenar poco a poco los recuerdos que constituirán su memoria autobiográfica, un ingrediente esencial de su futura disposición al optimismo o al pesimismo.

Así mismo  tienen particular relevancia en nuestra autoconfianza, las expectativas que otras personas depositen en nuestra capacidad de control o de salir de la situación. Pues cuando se transmite a las personas una expectativa de indefensión en vez de posibilidad de solución en situaciones de adversidad, se socava la esperanza,  se ensombrece la perspectiva de la vida y se daña el optimismo de las personas. La relación entre el que valora y el valorado, es especialmente relevante en el campo de la salud, sonde se ha demostrado, que el optimismo mejora y alarga la vida de los pacientes.  Por eso cada vez se da más importancia al  estilo comunicativo del diagnóstico en los médicos. No es lo mismo cerrar la puerta a cualquier rayo de esperanza por pequeño que sea, a con talante empático y optimista comunicar una enfermedad pero tender la mano  a la esperanza por pequeña que esta sea y a la colaboración franca en el camion hacia la curación. Este estilo  mejora las probabilidades de curación. 

También tiene peso en la autoconfianza, la evaluación que la persona haga  de su historia autobiográfica. La selección de recuerdos que hacemos modula nuestro estado de ánimo y moldea nuestra confianza. La persona sopesa de forma o negativa sus experiencias de vida, se  reconcilia o no con lo que fue y lo que pudo haber sido, y en esta acción moldea el concepto que tiene de ella misma. También lo moldea cuando comparte estas experiencias con otros y se reafirma en las decisiones que tomó. Por el contrario, una perspectiva desfavorable de nuestras experiencias pasadas puede impregnar de lamentos y pesares nuestro día
 a día y bañar de inseguridad y desconfianza el mañana. 

Las personas mayores pesimistas se caracterizan por repasar con benevolencia el ayer, por aceptar sin resentimiento la inalterabilidad de la vida ya vivida y por reconciliarse pacíficamente pacíficamente con los conflictos que no pudieron resolver, con los errores que no rectificaron y con las oportunidades perdidas. (Luis Rojas Marcos.)

Son estas personas que actúan según lo que sienten: "me siento mal", "hoy me siento bien", hoy me siento un rey , al día siguiente un paje insignificante, las que necesitan hacer un balance de su vida con perspectiva positiva e intentar hacer las paces con su pasado, si es que no lo tienen cerrado, porque tu mente, que es la que valora cómo te sientes, es lo más "demente que tienes". Entrena tu mente a pensar en positivo, detén pensamientos negativos, toma decisiones,  actúa con fe, con convicción, desde dentro, y tu  voluntad para cambiar las adversidades se moverá. Tu voluntad es también un músculo que debes entrenar a base de confianza.


INTERPRETACIÓN O LECTURA MENTAL DE LO QUE SUCEDE

"Hoy nadie duda de que las personas asignan significados muy subjetivos a los mismos sucesos o situaciones, por lo que reaccionan ante ellos de formas diferentes: lo que para un niño es un simple ratoncito blanco amistoso y juguetón, para otro representa un animal peligroso y aterrador" (Luis Rojas Marcos).  
La vieja prueba de la botella llena de agua hasta la mitad, ilustra de una forma simplista pero reveladora cómo el temperamento de la persona moldea su perspectiva de las cosas, Unos la ven medio llena de posibilidades y otros  medio vacía, o lo que es lo mismo pocas oportunidades.

Hasta la teoría de la relatividad de Einstein en 1905, viene a transformar conceptos hasta entonces considerados exactos o absolutos- como la velocidad de la luz, el espacio o el tiempo- en elementos cambiantes o relativos. Su base principal era que el punto de vista o posicionamiento del observador, condiciona inevitablemente su percepción del objeto o suceso que observa.

La gran mayoría de las personas que intentan ser optimistas, ven la botella medio llena, tienden a excusar a otras sobre sus faltas, a relativizar los problemas (sin quitarles su verdadera importancia), minimizar el impacto de los fracasos  y los rechazos que habían sufrido a lo largo de la vida. Muchos tendrán presente aquello de "no hay mal que por bien no venga", convencidos de que cada situación difícil lo que esconde es realmente un aprendizaje o una oportunidad de mejorar. Esta es la enseñanza que se desprende de esta anécdota:

 


Las personas no sólo nos protegemos de las secuelas dolorosas de los desengaños a base de mecanismos de defensa que salvaguarden nuestra integridad emocional, sino que también optamos por racionalizaciones favorables que nos permiten conservar el entusiasmo. Así, por ejemplo tendemos a responsabilizarnos más de nuestros triunfos que de nuestros fracasos y también a captar o quedarnos con el lado positivo de las cosas para que nuestra vida siga mereciendo la pena.

Los mecanismos de defensa son múltiples y se elaboran en el inconsciente. Tienen el objetivo principal de preservar la autoestima, el equilibrio emocional y el perfil social. 

Un mecanismo de defensa para defender nuestro talante optimista consiste por ejemplo en acallar la disonancia mental (Leon Festinger). A la hora de explicar o justificar sucesos, las personas seleccionamos los argumentos que mejor respaldan nuestras creencias y conductas, con el fin de evitar los sentimientos discordantes y desagradables que nos producen las contradicciones. Así pues un fumador habitual que aprende que el tabaco es perjudicial para su salud experimenta una disonancia entre esta información  y su hábito. Para eliminar el sentimiento desapacible que le produce este conflicto, el fumador  podría dejar de fumar, decisión que sería congruente con su conocimiento de que el cigarrillo le hace daño. O que el fumador negara o relativizara los efectos nocivos del tabaco o predicara los efectos beneficiosos de la nicotina en su vida para aliviar el estrés y no engordar. También podría racionalizar, para tranquilizarse, que a fin de cuentas el peligro del cigarrillo es mínimo en comparación con los accidentes de tráfico u otras causas primeras de mortalidad entre la población etc..; o por último podría convercerse a sí mismo de que fumar vale la pena porque constituye un placer especial en su vida, del que no quiere prescindir, pensando algo así como "una vida sin fumar no vale la pena" como  Sartre dijo en más de una ocasión.

Otro mecanismo de defensa conocido es el llamado "pesimismo defensivo" que consiste en esperar lo peor con el fin de prepararse para todas las probabilidades de fracaso. Para ello la persona  crea expectativas bajas o muy bajas ante situaciones difíciles con el objetivo de adaptarse a todo lo que pueda ir mal. Este mecanismo se puede resumir en la frase "los pesimistas sólo se llevan sorpresas agradables".
Cuando cierta vez le preguntaron a Stephen Hawking sobre cómo se mantenía optimista y de buen humor, él contestó: "Mis expectativas se redujeron a 0 cuando tenía 21 años. Desde entonces, todo en mi vida han sido pluses".

Aunque, el  peor veneno del optimismo es la depresión . 


ESPERANZA Y FE


"Hubo dos hermanos que un día dijeron: "se puede volar" y todo el mundo se reía de la ocurrencia. Alrededor del año 1900, construyeron un avión y quisieron levantar vuelo. Uno de ellos lo consiguió, pero el avión cayó y el piloto murió. El otro hermano enterró al fallecido pero no enterró su sueño y su fe; y entonces lo volvió a probar. Pasaron doce años en los que mejoró su avión, y voló sobre Nueva York. 



Por primera vez el hombre alcanzaba el cielo con una máquina". 
Se aplica aquí lo que Mark Twain ironizaba" un hombre con una idea nueva 
es siempre un loco hasta que la idea triunfa, entonces 
se vuelve un visionario, un héroe o un genio.


El dolor, por fuerte que sea, se hace más llevadero si uno está convencido de que con el tiempo se curará. La peor calamidad es tolerable si uno cree que pasará. La angustia más penosa se alivia tan pronto como la tranquilidad está al alcance de la vista decía Bruno Bettelheim en su obra Sobrevivir.

Lo normal, es que los infortunios nos hagan a todos sentirnos frustrados, desilusionados, vulnerables, al menos temporalmente. Sin embargo, las personas optimistas, cuando son golpeadas por alguna adversidad, suelen pensar que se trata de una desventura pasajera o de un contratiempo transitorio del que se recuperarán. Confían en esa certeza tan popular de que después de la tormenta siempre llega la calma, y en que lo normal de la vida es que  no haya rosas sin espinas, de modo que evitan establecer generalizaciones o fatalismos que no dejan ninguna salida a la esperanza.

Por el contrario, las personas pesimistas los golpes alteran la totalidad de su persona, por lo que piensan que sus consecencias serán generales e insuperables. Tienden a considerar que los efectos de las adversidades son irreversibles y los daños permanentes; que tienen la culpa de los sucedido, no viendo  más allá la posibilidad de reparar los desaciertos ni la oportunidad de aprender de la situación.

También la fe en un "más allá", independientemente de su lógica, infunda en la gente de forma general  fuerzas para tolerar situaciones penosas. La esperanza no está reñida con la certeza de nuestra caducidad. De hecho a lo largo de la historia se ve cómo la espiritualidad florece en épocas de crisis. Esta esperanza de tipo espiritual, fomenta la disposición a creer que las metas que uno se fija se pueden alcanzar si invertimos la energía necesaria y encontramos el camino; que es posible  conseguir lo uno desea, que a pesar de las circunstancias es lícito planteárselo porque confían en que obtendrán ayuda. 

Una lección de fe y esperanza, fueron esas palabras famosas de Martin Luther King que empezaban con "yo tengo un sueño...". Recuerdo también cómo acababan: " con fe se puede transformar el senido discordante de una nación en una bella sinfonía de fraternidad" y así fue. Hoy un presidente de raza negra preside de los Estados Unidos de América.

Si tienes un deseo, nunca lo guardes, lánzalo al universo.


HUMOR


"Las personas que funcionan bien en este mundo son las que al levantarse
 por la mañana buscan las circunstancias que quieren, y si no las encuentran 
las inventan".(Jorge Bernard Shaw).


Sin humor la vida seria trágica. El humor, es el mejor purgante de la tensión que pueda emanar de situaciones difíciles. Provoca el reflejo de la risa que nos ayuda a oxigenarnos física y emocionalmente y por eso tenemos que buscar las personas que nos proporcionen esa vibración apartándonos de entornos y personas tóxicas. 

Frontalmente al humor,  situamos la depresión. La depresión  supone el caer  en manos de un estado de aprensión o  ansiedad prolongado. Este estado emocional persistente, altera el sistema hipotalámico-hipofisiario-adrenal, la actividad de las sustancias químicas que combaten la depresión, serotonina y dopamina, daña el sistema inmunológico y nos predispone al desaliento y a la desesperación. Con el tiempo, esa mezcla explosiva pero silenciosa de miedo e impotencia extingue nuestra esperanza y arruina paulatinamente nuestra vida. 

La depresión, hace que perdamos el sentido del humor, la capacidad de sonreír y el interés en tareas y relaciones que hasta entonces nos resultaban placenteras. La persona deprimida pierde el interés en todo, excepto en rumiar desprecio hacia uno mismo y autocríticas mordaces, lo que mina el vigor que se necesita para superar los retos cotidianos.
 La depresión destroza las raíces del optimismo, daña profundamente la autoestima, la energía y la confianza en uno mismo, impregna de negatividad y de remordimientos la perspectiva del ayer y roba la esperanza del mañana. 

La melancolía, también obstaculiza seriamente la comunicación y las relaciones con otras personas. Los deprimidos son incapaces de extraer placer de la compañía de otras personas queridas, por lo que se aíslan y , al irradiar amargura y agotamiento, los demás se distancia de ellos.  Se calcula que alrededor de un 48% de la población sufre por lo menos un episodio de depresión a lo largo de su vida, y que los niños con 6 o 7 años ya pueden ser sacudidos por este mal. Se sabe también que la depresión es la mayor causa de suicidios en el mundo desarrollado, y se sabe que hay más de 35 millones de personas en todo el mundo enganchadas a los medicamentos llamados antidepresivos. 



HAZ COMO YO, 
PON AL MAL TIEMPO BUENA CARA, Y SONRÍE
PORQUE.....

"No puedes evitar que los pájaros de la tristeza vuelen sobre tí, 
pero sí puedes impedir que hagan un nido en tu cabello". 

sábado, 22 de septiembre de 2012

SÉ TÚ EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO II. LA TRANSFORMACIÓN INTERIOR



El poder de nosotros, es el poder de cada uno de nosotros.
Mas, de qué poder hablamos, ¿ es verdad que tenemos poder? ¿individual o grupal? para algunos debe ser nuevo esto. Sin embargo, con toda seguridad es  ésta una de las principales preguntas que debíeramos plantearnos  puesto que en ella nos va el primer paso  hacia el cambio. La cuestión es que sin la la toma de conciencia sobre nuestro poder, no hay tal poder.

 PASO 1: TOMAR CONCIENCIA

Como educadora, lo primero a lo que me enfrento día a día es a una escuela en la que los jóvenes son educados no para ser, sino para no ser. Acostumbra a los jóvenes a ser ciegos, no dejándoles  pensar por ellos mismos, sí a hacerse expertos en  repetir fielmente lo que otros dicen, inseguros,  incapaces de creer  en ellos mismos, de crear y expresar,  incapaces de tomar responsabilidad, jóvenes dependientes de las respuestas que les vengan dadas del exterior, pendientes de ser mejores que otros, de competir, con las miras puestas en lo que llamaríamos  éxito, mas no  felicidad.

La escuela enseña, bajo la complicidad de la gran mayoría de la sociedad, que nada hay más importante que el conocimiento, el desarrollo de la razón, que  nada de lo que ellos sientan, piensen o experimenten  tiene valor o lleva a ningún lado. El mundo está en una crisis profunda y lo está como reflejo de nuestro propio yo, de esa  ceguedad en la que nos hemos educado porque no tenemos una educación para la conciencia. El mundo civilizado es un mundo domesticado y la enseñanza  son instrumentos de esa domesticación.Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida.  (Claudio Naranjo).


De adultos, la vida transcurre igual, por la misma inercia que ponen en nuestras 
vidas sistemas dominantes de pensamiento
 y sentimiento.  Engranamos en el sistema 
social como individuos adaptados o no  a lo que se nos da creado y se legitima como  válido, siendo prisioneros de costumbres, normas, ritos, tendencias, modas, interpretacionesm corrientes culturales, políticas, religiosas..entre otras  imágenes
 o construcciones que nos hemos forjado
 del mundo y de los demás. 
Equivocadamente ponemos la felicidad 
donde debiéramos decir éxito o gloria,materialismo o hedonismo 
y hacia ello nos dirigimos. 
Intentamos poseer, comprar esto otro o aquello, convencidos de que su valor de cambio será la felicidad, supuestamente un estado eufórico del ser.  Nos pasamos la vida corriendo, de un lado para otro, trabajando sin parar,  sin apenas dedicar tiempo a los demás, ni  tiempo para pensar en cómo vivimos, en si somos realmente lo que queríamos ser. Primamos el tener al ser.  Y, tristemente, muchos no reparan en todo estas cuestiones  hasta que ciertos sucesos de forma súbida o gradual acontecen en su vida o les tocan de cerca  y les hacen replantearse su existencia. Bajo esta inercia irreflexiva, bajo la que poco o nada nos preocupa excepto nosotros mismos, es difícil encontrarse, es difícil conectar con nuestro interior y ponerse en el camino de la Conciencia, de la conciencia de sí.

Sé del gran anhelo de cambio del que tienen sed las personas. Oigo reconocer que el mundo está loco, sienten con su mente y su corazón que vamos poco a poco autodestruyéndonos un poco más, sienten que cada día nos estamos distanciandonos más de lo que debiéramos ser. Sin embargo,  son esas mismas personas, las quejumbrosas, las insatisfechas, las que todavía no han tomado conciencia y por tanto desconocen lo que desde ese punto de vista, el de la persona consciente, se ve. Lo que se ve desde el estado de conciencia  es que tú eres el mundo y el mundo es en tí. Qué eres  tú el que haces la historia. La haces cuando piensas, cuando hablas, cuando actúas, cuando deseas; tal vez desconoces que  tú proyectas tu interior en el mundo, cosmos, universo, desde tus más íntimos pensamientos, tus palabras o tus actos.  Ese mundo que tanto destesta es proyección de tí. Esa sociedad que detestas es el reflejo del tipo de hombre que la ha construido, del Yo y el Nosotros que experiementa. Muchas de estas personas disconformes consigo mismas y con su vida,  no quieren profundizar en el motivo verdadero de su malestar, solo se quejan y   buscan culpables fuera de ellos mismos para autoconvencerse de que es lo exterior y no interior el motivo de su malestar, y  así siguen sufriendo por no querer avanzar .

Por eso es preciso preguntarnos ¿somos conscientes de cómo construimos el mundo del que nos quejamos?



 
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  • EL PUNTO EN EL QUE NOS ENCONTRAMOS:


  • Desde la conciencia podemos ver que el hombre ha creado lo llamado civilización a base del desarrollo de lo que llama Razón y el menosprecio de los sentimientos. Con su desarrollismo ha llegado a  dominar por completo los recursos de la tierra, de explorar el espacio, ha sido  capaz de comunicarse en segundos con los habitantes del más remoto punto del plantea, de desarrollar una gran ciencia y tecnología que le lleva a buscar la Verdad y a él mismo por esta vía.  Y no es solamente el dominio masculino ni el dominio de la razón lo que ha preponderado sino también la razón instrumental y práctica, que se asocia con la tecnología. Es este predominio de la razón instrumental sobre el afecto y sobre la sabiduría instintiva lo que nos tiene tan empobrecidos y confundidos sobre el concepto de dignidad humana. Así, este hombre de hoy, con su punto de robotización, continúa teniendo los mismos problemas que le han acosado a lo largo de los siglos,  la brevedad de la existencia, la fragilidad de la vida humana, la enfermedad, el fracaso, la soledad; los mismos vacíos, a pesar de las muchas respuestas, y conserva también,su  misma dual naturaleza. El avance tecnológico, no puede disimular que los hombres y mujeres de nuestro tiempo,  siguen estando en el mismo punto, y ello tiene visos de continuar por el mismo camino  si él mismo no decide mirar a su interior

    La toma de conciencia sobre la vida y su significado, la vivencia de la verdadera felicidad, no son temas que hayan pasado de moda. Diría más, la conciencia de estas realidades  hacen necesario más que nunca el despertar  sentimientos y pensamientos que contrarresten su angustia vital, hagan emerger su YO profundo  y le hagan vivir en armonía, en equilibrio con su parte femenina, emocional, la parte de sí que necesita curar. Necesitaríamos por tanto una educación que se ocupe del aspecto emocional (inteligencia emocional) y  de la mente profunda , que cuidara también el aspecto espiritual alejado del concepto de religión que conocemos como otra de las dimensiones de nuestra naturaleza pues es la que permite conectarnos con el otro y con elUno.
    Pero hay más razones por las que decidir desarrollar este lado del hombre tan poco cultivado: Sugiero VER VÍDEO.

    Estamos en condiciones de afirmar que desarrollarse como persona, desarrollar nuestro YO,  no puede separarse del crecimiento emocional.


     Éste se produce entre uno mismo y en interacción con los otros experimentando la cooperación, la empatía, la compasión, la solidaridad, la generosidad... Hoy descubirmos  hasta qué punto estos derivados del Amor, y las emociones positivas, los buenos hábitos emocionales y sociales, pueden hacernos cambiar nuestros pensamientos y por ende nuestros actos y la forma por tanto de proyectar y construir mundo. Es más hoy aprenderemos, cómo hasta el aprendizaje intelectual está condicionado por las emociones. Científicamente se demuestra que una persona que está dañada emocionalmente no puede aprender fácilmente, o se puede demostrar que un estado de interferencia emocional como el estrés puede provocar alteraciones en nuestra memoria, cuanto menos, pues hasta tal punto está imbricada el alma con la razón. Hay mucha carencia de amor en nuestro estilo de vida lo que le hace dañino para nuestra búsqueda de la felicidad. 

    Decimos que nuestra cultura esculpe las actitudes y los comportamientos de las personas, pero también puede ocurrir  al revés, puesto que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer cultura.  Salvando este matiz que nos hemos detenido a explicar, es cierto que  los niños que crecen en culturas individualistas, aprenden pronto que ser independientes "es bueno" y depender de los demás " es malo". Una vez adultos, si se preocupan por las vicisitudes del prójimo lo hacen por vocación personal, pero no por exigencia del ambiente cultural en el que vivien. En estas sociedades a menudo se considera que la gente desfortunada es responsable de sus propias desventuras lo que justifica que la sociedad, como tal, no se preocupe ni intervenga para ayudarla. En cambio, en las culturas donde prima el sentido de colectividad se apredne en la infancia que cooperar con los demás y aceptar responsabilidad por el bienestar ajeno forma parte de lo que se espera de ellos. Por ende tratan de colaborar y comprometerse con la buena o mala fortuna de sus compañeros de grupo. Esta experiencia de la unión, nos hurtada o concedida desde el mismo momento en que nos socializan en la cultura a  la que pertenecemos.  Numerosos estudios confirman además los efectos nocivos que tienen las experiencias de desamparo graves durante la niñez en el desarrollo de la emociones positivas. 




PASO 2: ATENCIÓN-CONCENTRACION-INSIGHT 

Todo comienza en este punto, prestando atención, contemplando con la mente abierta pero neutra, el fluir existencial sin intentar hacer nada por cambiarlo. Después concentrándonos en algo tan sencillo como la respiración, podemos asistir al paso de la "realidad" de nuestra mente sin participar en ella, en su lectura o interpretación. Como el que observa una flor, uno se observa a sí mismo.



“If you really faced the world as it is, and tackled it, you would find it something
 much more, infinitely greater than any 
philosophy, greater than any book in the world, greater than any teaching or greater than any teacher.” (Krishnamurti)


Tomar conciencia de nuestro verdadero Yo,
 el que en medio de todo nuestro fluir existencial permanece, es pues posible, y requiere de dos elementos que muchas religiones se han empeñado en conservar:
 la  disciplina del silencio y la meditación, 
a las que añadiría tal vez tres más, 
la oración, el contacto con los demás y el contacto con la naturaleza.  
Todos estos caminos , pero especialmente los dos primeros nos permiten escuchar el lenguaje del universo,  nuestra conciencia interior, que es parte a su vez de una Gran Conciencia superior cuya esencia es el amor y la sabiduría, una vez nos despojamos de nuestros anhelos, deseos, limitaciones y apegos

Desprendido de todo ello,  a ese otro lado de la orilla, que llamamos conciencia, uno puede verse a sí mismo y ver en sí representado la totalidad del género humano. Puede ver que el observador es lo observado. Puede ver que todos somos Uno. Que ni en su naturaleza física ni psíquica difiere del resto de personas humanas, a las que llama otros; que sus pensamientos, sus acciones tienen una repercursión en el resto de personas. Que tú albergas intrínsecamente un sentido del nosotros.  ¿O, acaso uno no alberga en sí la  experiencia de la ansiedad, la confusión, la lástima, la soledad, el miedo, el  hambre,  la desesperación, como lo hacen otros seres en cualquier punto de la tierra? Descubres así, como diría Krishnamurti, que tu dolor, no es tuyo,  sino  el mismo de toda la humanidad. Y que todos somos Uno, una gran família sobre la que tenemos una parte de responsabilidad. Si comprendes esto, comprenderás cuán ínfimos e insignificantes son los pequeños fracasos que te hacen llorar.

Mas, en el ejercicio de tomar conciencia,  hay muchos peligros que se interponen, a los que tendemos los seres humanos. 

 "Los seres humanos creemos en lo que queremos creer,
 en lo que nos gusta creer , en lo que respalda 
nuestras opiniones y en lo que aviva nuestras pasiones".
(Sidney J. Harris. Limpiando la Tierra,1986).


Me gusta recordar que la libertad deviene cuando sentimos tener el control sobre nuestra propia vida y que el verdadero  aprendizaje resulta de un proceso de descubrimiento personal.
Existen muchas autoridades que dictan métodos veraces, eficaces para llegar a la Verdad, dicen que es esto o aquello otro y lo afirman como un dogma de fe que todo el mundo debe creer.  Pero,  "La verdad es una tierra sin caminos" y si la verdad es tan grande que todo nos lleva a ella, entonces ¿por qué organizar un método para llegar a ella?.En este sentido, las religiones son distractores que mutilan al individuo de la capacidad de pensar, de sentir por él mismo. De hecho hemos estado guiados todo este tiempo y ¿donde y cómo nos encontramos?



Entonces investiga los caminos, pon a prueba lo que encuentras, siéntelo con la cabeza, con el corazón..obsérvalo, sin esperar nada.  No aceptes autoridad altuna hasta que no la sientas tú por tí mismo. Porque habrá quien, aprovechándose de tu escasa fe en tí mismo, de tu ansia de guía, de tu desorientación, de tu docilidad, te dará respuestas organizadas y tú no te molestarás en crecer, en hacer camino, en sentirlo verdaderamente, en elegir libremente.  

Religión significa verdaderamente reunir toda nuestra energía en descubrir la verdad,  en investigar por ejemplo, cómo es que hay sufrimiento, cuál es su naturaleza, su estructura,  por qué vivimos así, puede haber cese de sufrimiento, qué es el Amor....el que hace religión practica en el sentido más puro del térmion el ser luz para sí mismo, lo que implica negar la autoridad espiritual. ¿Por qué entonces queremos vivir una vida espiritual y nos atamos a las religiones, a un patrón determinado de espuestas? sin librarnos de nuestras cultura, nuestras creencias ¿qué es lo que podemos descubrir, ¿de qué vale eso? ¿cómo puedo ver mi interior, cuando yo mismo no quito todo esto y empiezo a verlo libremente, sin que nada me condicione? El ser humano sólo puede explorar de verdad cuando es libre de mirar. Sólo de esta manera puedes verte y sólo de esta manera puedes llegar a omprometerte con algo, cuando lo sientes con tus oídos, tu corazón, tu mente, tus entrañas.. éste es el lema "descubrir para conocer, conocer para amar , amar para actuar y actuar para defender"

PASO 3: COMPRENDER

Tomar conciencia, supone en última
 instancia  poner orden interior. Si la
 sociedad es la proyección del individuo, si 
el mar es la suma de las gotas de agua, 
entonces estaré de acuerdo en que
es importante que en mí, sujeto que quiere
ver un cambio en el mundo, haya 
orden interior, voluntad y ejercicio de 
cambio. Solo así podemos producir
orden externo. Si tus pensamientos, generan 
palabras, estás se convierten en actos, estos
 actos hacen carácter y este participa haciendo
 historia, cultura, norma..
construyendo realidad al fin y al cabo,
 entonces tienes que prestar atención a esto y
lo más importante, ejercitarlo.
Si cuando tomas conciencia ves que tu dolor es su dolor, que no hay tal división entre unos
y otros,  que cualquier cambio en la  conciencia tuya es un cambio en la conciencia
universal , si sabes cómo construirmos realidad, y te sabes consciente del poder de crear,
 ¿por qué no tomas las riendas y esperas siempre que alguien te diga lo que ha de hacerse?

 Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento 
de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, 
el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa 
división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra 
del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical 
mutación en la mente. “La negación total es la esencia de lo positivo. 
Cuando hay negación de todas esas 
cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, 
solo entonces hay amor, 
que es compasión e inteligencia.”(Krishnamurti)


                 Si puedes observarte a tí mismo en interacción con los demás, puedes reconocer 
en tí    la soberbia, la soledad, la avaricia, el egoísmo. ¿Por qué no cambias entonces?.Existen varias explicaciones de por qué el cambio no se produce. Dos en concreto me convencen.
             
              Es sabido que para que un individuo de amor, el que considero el motor del cambio, primero ha tenido que recibir, ha tenido que conocer la experiencia verdadera del amor, de la unión, tener recuerdo de esa sensación de plenitud. Existen personas en el mundo que tal vez no hayan tenido suficientes experiencias y emoci0nes de este tipo como para darse cuenta de lo positivo de tenerlas como objetivo de vida. O tal vez estén pensando que la verdadera felicidad no sea un estado del alma en plenitud , sino un estado eufórico de gloria  pasajera derivado de la estimulación constante de los sentidos, como la que se experimenta a comprar incesamentemente cosas nuevas.

                Tal vez no tengas la voluntad suficiente para decidir cultivarte en libertad y te parezca más cómodo dejarte guiar o asistir pasivamente a lo que otros dicen o hacen, entretenerte en las formas de la vida.. Me pregunto entonces qué seres maduros somos después de 5 o 10 millones de años de evolución sapiens.
          Si somos parte de la Verdad,  las leyes del cosmos están escritas en nosotros, respiramos su sabiduría en cada célula, necesitamos llegar hasta ella dejándola salir y ejercitándola para que de sus mayores frutos. Del mismo modo que todos tenemos el potencial de correr un maratón, pero si no entrenamos  no lo conseguiremos. Creo que  es éste  el aprendizaje que hemos  olvidado: que todo está dentro de nosotros y que  la búsqueda personal requiere un esfuerzo deconstructivo y constructivo único, personal, e intransferible, un cultivo de mente y alma al unísono y por ello es que nos damos por vencidos y  decidimos abandonar. 



PASO 4:  EJERCITARSE-ACTUAR


Podemos hacerlo. La natural capacidad de aprender nos demuestra que es 
posible moldear razonablemente la manera de ser. La tarea no es fácil. 
Requiere, como hemos visto en primer lugar, la observación puntual y el cuestionamiento
 valiente de nuestros propios pensamientos, sentimientos, mecanismos de defensa,
 explicaciones, excusas y racionalizaciones. El paso siguiente consiste en identificar los
 cambios que queremos y podemos hacer y a continuación llevarlos a la práctica. Este trabajo
 exige esfuerzo, tiempo y una ración generosa de entusiasmo, autodisciplina y paciencia. 
Pero sobre todo se hace a través de lo que llamo elección o toma de decisiones
 consciente.



 La vida es acción y en este sentido una persona consciente ha de realizar elecciones
 conscientes que vayan en pos de su convicción, de sus principios y ha de ser valiente
 para vivir conforme a ellos..también esto supone una valentía y un coraje especial  que 
no todos aquellos que piden cambios están dispuestos a llevar a cabo. 

        Para tomar decisiones conscientes es preciso tener clara la naturaleza dual del hombre. Cuando uno adquiere conciencia de sí, ve que su interior alberga dos semillas que alimentan frutos distintos. Existen en el ser humano dos tendencias contrapuestas. La tendencia a la fragmentacion, cuando la persona alimenta su ego y todas su variaciones (vanidad, ambicion, avaricia, soberbia) con sus pensamientos, palabras, actos.. creando division con el otro y por tanto conflicto. Y la tendencia  a la Unión que se alimenta de decisiones de Amor empatía, compasión, solidaridad, colaboración, honestidad. Desarrollar las  semillas del cambio, del Amor, requiere en cualquier caso  entrenamiento mental: tu mente puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo porque es en ella donde se almacenan y crean las imágenes que tenemos del otro y de uno mismo en relación al otro. Es preciso acceder a lenguajes que nos permitan romper esas  barreras que impiden la experimentación de la Unión, romper con las limitaciones, con las imágenes del mundo y del otro que hemos automatizado  y sobre las que hemos construído nuestras vidas. Pero ello como decimos supone un esfuerzo.

           He aquí algunas elecciones que conscientemente pudiéramos tomar  para promover el cambio interior y exterior. 

  • Apuesta por un consumo sano y responsable.
  • Visita a personas enfermas, acompaña a personas solas, trabaja voluntariamente para ONG.
  • Hazte socio de una cooperativo o  compra productos de comercio justo o ecológicos.
  • Medita y traslada buenas ideas y sentimientos al mundo y sus habitantes.
  • Traslada tus ahorros de la banca convencional a algún proyecto de finanzas éticas
  • Participa en mercados de intercambio 
  • Participa en huertos comunitarios
  • Esquiva el turismo convencional y participa en una ruta solidaria
  •  o en algún Campo de Solidaridad
  • Recicla tus residuos y minimiza tus desechos.
  • Aparca el coche y súbete a la bici
  • Lee prensa alternativa e interésate por los problemas de tu barrio o ciudad.
  • Comparte tus inquietudes
  • Apoya movimientos sociales, ecológicos etc...
  • Sal a la calle y manifiéstate ante las injusticias


PASO 5: PENSAR BIEN, SENTIR BIEN :OPTIMISMO

La actitud con la que nos enfrentamos a la vida la elegimos nosotros.El optimismo 
es una manera de pensar que todo el mundo voluntariamente puede utilizar si así lo desea.
Apostar por la alegría y comunciar nuestro optimismo a los demás hará que nos sintamos 
bien y mejorará nuestras relaciones personales, porque la alegría se contagia. Eso excluye
 el pensar con pesimismo o resentimiento, el no reirse de los pequeños fracasos.
Considera los obstáculos como posibilidades.
 Da la vuelta a las cosas de forma creativa. 
Cultiva la comprensión, la aceptación  y la paciencia ante frustraciones o conflictos.
Ver la cara positiva de lo que ocurre y no quedarse atascado en lo negativo. 
Refuerzar lo positivo, piens  en positivo, habla en positivo...


El talante optimista puede potenciarse de dos formas 
(Tomado de La fuerza del Optimismo
Luis Rojas Marcos): 

el ta

a)      alimentando estados emocionales gratificantes en el día a día


“Quienes dejan  de fijarse en el polvo que la criada
 no ha limpiado, en las patatas que la cocinera no ha cocinado,
 o en el hollín que el deshollinador no ha
 deshollinado, 
notarán que la vida es mucho más agradable que cuando se 
sentían constantemente 
preocupados o irritados por estas cosas”.
 BertranD Russell, La conquista de la felicidad,1930.
 



Procuremos tener una actitud alegre, de valoración de lo que tenemos y adoptar 
una dieta regular de pequeñas actividades como reunirnos con amigos, 
disfrutar de una comida sabrosa o una música grata, pasear
 por el parque, hacer deporte o salir de excursión, sin olvidar el poder explosivo del humor
 que actúa de purgante y nos libera de sentimientos negativos. Hay incluso listas de 
actividades consideradas las más populares a la hora de mejorar el estado de ánimo:
 hablar con amigos o familiares, escuchar música, rezar o meditar, ayudar a otros, 
darse un baño o una ducha, jugar con un animal doméstico, hacer ejercicio, comer, darse una vuelta en el coche y tener relaciones sexuales. Entre las madres o mujeres que trabajan fuera de casa, algo tan sencillo como ver la televisión a solas es una manera muy agradable de pasar el tiempo.

Además de todo ello, también las pequeñas cosas agradables que nos ocurren en la vida
 cotidiana, y que generalmente son sorpresas que no esperamos, tienen un peso en 
aumentar nuestro nivel de optimismo.

Cuando una persona está optimista, relativiza los problemas,  toma mejores decisiones,
 mejora la creatividad que empleamos para resolver problemas, mejora la memoria y 
la capacidad para aprender, mejora la motivación para embarcarse en un nuevo proyecto
 y en la forma de relacionarnos con los demás.
 Como contraste, tal vez lo que pensamos que puede darnos mayor felicidad, 
de forma intensa y repentina (ganar de repelente 5 millones de euros) no mejora necesariamentenuestra disposición 
a ver las cosas de forma positiva. Por ejemplo, estados emocionales de
 gran euforia o júbilo producidos por sustancias o acontecimientos extraordinarios
 interrumpen el ritmo del funcionamiento  cerebral y requieren ajustes mentales 
 importantes en la persona.



b)      fomentando estilos positivos de pensar y de enjuiciar las cosas que nos afectan.


 

Para ello, lo primero que tenemos que hacer es “pensar en cómo pensamos”. 
       Con esto quiero decir que hay que analizar, cuestionar y valorar la sensatez, las ventajas y 
los inconvenientes de los juicios espontáneos que emitimos sobre nosotros mismos, nuestros semejantes, los sucesos que nos afectan, sobre las  probabilidades futuras de conseguir lo que deseamos y en definitiva, sobre la vida en general. Lo que pensemos modulará lo que sintamosy por supuesto creará fragmentación o unión.

Todas las personas elaboramos pensamientos automáticos, que resumen la evaluación que hacemos de una situación determinada. 
Hay personas que son expertas en el arte de  amargarse la vida. Tienen un autoconcepto
 y autoestima baja..basada en interpretaciones negativas, se dicen: "para qué voy a hacer esto 
si…"y aunque sucede que deseen que algo bueno les ocurra , tienen miedo a las consecuencias
 que les acarrearía una visión positiva. Basta citar estas frases comunes “si me dejo llevar por el optimismo, luego me desilusiono..o el optimismo es peligroso porque te ciega y no te deja ver la realidad-“Quienes las adoptan tienen tenencia a distorsionar negativamente los hechos para evitar que éstos apoyen la premisa de que el optimismo es bueno. Son individuos que se centran prioritariamente en los fallos o los defectos de las cosas, y pasan por alto los aspectos positivos de cualquier situación. Por ejemplo, cuando son evaluados en el trabajo sólo se fijan en los comentarios negativos del jefe e ignoran o niegan los positivos. Algo similar ocurre cuando se empeñan en menoscabar una situación favorable con una coletilla desfavorable: “Pues sí, soy competente en mi trabajo, pero de qué me sirve si a mi familia no le interesa”. 

Las lecturas negativas de otros pesimistas que tengamos alrededor, tanto si son
 imaginarias como equivocadas,también  fomentan  la amargura y el desaliento:
 “ Yo sé que estár pensando que soy una idiota” o “ mi novia me va a dejar, lo sé”, a pesar de
 que la otra persona no dio ninguna indicación alguna de lo que pensaba. 
Otra distorsión frecuente consiste en ver las cosas en categorías drásticas de “buenas “ 
y “malas” , “siempre” y “nunca”, “todos “ y “ninguno”, sin términos medios, o en creer que 
todo lo que no es perfecto es un fracaso. Hay muchos tipos de pensamientos distorsionantes, objetivo de muchas terapias cognitivas. Aquí es donde podemos entender cómo 
nuestra mente puede ser nuestro mejor amigo  o nuestro peor enemigo.

Otro grupo de pensamientos negativos que minan la autoestima obedecen a lo que
 podemos llamar la tiranía del debería. Esto ocurre cuando la persona piensa que está absolutamente obligada a ser, a sentir o a comportarse de forma utópica, incongruente con su personalidad, incompatible con la situación o simplemente imposible de realizar para cualquier ser humano. Los ejemplos abundan “ Debería estar siempre de buen humor..", "debería haberle dicho esto o lo otro para que no se sientiera mal".Pensamientos que 
generan una especie de culpa que vivimos a modo de carga emocional.


 
    ¡HAZ COMO YO, PRACTICA EL OPTIMISMO!!